El CNE anunció en julio la normativa que regirá el proceso de postulaciones de las elecciones regionales 2008, en ella se establece la incorporación en sus listas electorales del principio de igualdad con paridad y alternabilidad, para la constitución de los consejos legislativos del país, en las que deberá haber una representación de 50% mujeres y 50% hombres, como mecanismo que permita subsanar la infrarrepresentación política de las mujeres en el escenario público.
Los partidos sin excepciones, tienen el deber y compromiso de implementar el sistema cremallera en la composición de su oferta electoral. Que las mujeres asumamos la palabra en el espacio público y la alta política como sector social, significará que entrarán “los otros” para garantizar una vida con dignidad; si somos capaces de pensar desde nuestra genuina experiencia de vida, desde los bebés que, al parecer, no caben ni en las aceras, ni en el transporte público, pero si en los días de permiso de las madres para sus atenciones en la enfermedad.
En los discapacitados, en las abuelas cuidadoras; en las que les cuesta encontrar un trabajo cualificado porque antes de ver sus capacidades, ven es su potencialidad de permiso pre y postnatal; o las que teniéndolo no ganan el mismo salario que sus pares varones a igual trabajo; o las que son excluidas por no seguir los cánones de una sexualidad heteronormativa.
Si ésa es nuestra experiencia desde la proximidad que nos toca día a día, hacer política desde el corazón de estas verdades será una tarea que redunde en beneficio de nosotras como mujeres y de nuestra sociedad; debemos llenar ese vacío que otros no ven o desconocen por falta de compromiso con los cercanos o miopía política crasa y supina.
Publicado por el Diario Panorama el 15 de agosto del 2008
Los partidos sin excepciones, tienen el deber y compromiso de implementar el sistema cremallera en la composición de su oferta electoral. Que las mujeres asumamos la palabra en el espacio público y la alta política como sector social, significará que entrarán “los otros” para garantizar una vida con dignidad; si somos capaces de pensar desde nuestra genuina experiencia de vida, desde los bebés que, al parecer, no caben ni en las aceras, ni en el transporte público, pero si en los días de permiso de las madres para sus atenciones en la enfermedad.
En los discapacitados, en las abuelas cuidadoras; en las que les cuesta encontrar un trabajo cualificado porque antes de ver sus capacidades, ven es su potencialidad de permiso pre y postnatal; o las que teniéndolo no ganan el mismo salario que sus pares varones a igual trabajo; o las que son excluidas por no seguir los cánones de una sexualidad heteronormativa.
Si ésa es nuestra experiencia desde la proximidad que nos toca día a día, hacer política desde el corazón de estas verdades será una tarea que redunde en beneficio de nosotras como mujeres y de nuestra sociedad; debemos llenar ese vacío que otros no ven o desconocen por falta de compromiso con los cercanos o miopía política crasa y supina.
Publicado por el Diario Panorama el 15 de agosto del 2008
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