Pedro, Elsy y Carmen. 13 de marzo 2016 De la Amistad Y un joven dijo: «Háblanos de la amistad» Y él respondió: «Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades. Él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento. Él es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Porque os acercáis a él con vuestra hambre y lo buscáis sedientos de paz. Cuando vuestro amigo os manifieste su pensamiento no temáis el “no” en vuestra cabeza ni retengáis el “sí”. Y cuando él permanezca en silencio, que vuestro corazón no deje de oír su corazón. Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten con gozo y sin alardes. Cuando os alejéis de vuestro amigo, no sintáis dolor. Porque lo que más amáis en él quizá esté más claro en su ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiere subirla. Y no permitáis que haya en la amistad otro interés que el que os lleve a profundizar en el espírit
Escribe Pío Baroja: “Basta poseer una reputación cualquiera, buena o mala, para que las personas conocidas por uno vayan poniendo su piedra en el monumento del valor o de la cobardía, del ingenio o de la brutalidad, asignado a cada uno” Pocas cosas son tan ciertas como estas líneas de Baroja. Al monumento del amor y de la tristeza se suman estas líneas, pero no porque baste de pretexto tu recuerdo para traerlas, porque en mi vida y en mis decisiones pocas personan me marcaron tanto, y por eso, a diez años de tu partida, el diálogo que has dejado en mis reflexiones y en mi corazón son diarios, permanentes, a veces siento que no soy yo, sino la emulación de tu mejor tino el que me conduce a grandes y pequeñas decisiones. Tengo 45 años. A esta edad ya teníamos cuatro años viviendo juntas. Quizá los más difíciles para cualquier padre que tenga hijos de 19, ¡y vaya adolescencia la mía y vaya entrada en la vida adulta viviendo contigo y María Eugenia en tu casa, en Santa María! Recorda