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México: Una sentencia ejemplar


Comisión de Seguimiento en el barrio Jnane Aztout, Marruecos


A mi muy admirada y querida amiga, la letrada Eva María Mateo Benítez

 

Como los alquimistas

que buscaron la piedra filosofal

en el azogue fugitivo,

haré que las comunes palabras

-naipes del tahúr, moneda de la plebe-

rindan la magia que fue suya

cuando Thor era el numen y el estrépito,

el trueno y la plegaria.

 

Jorge Luis Borges

 

Hace un par de semanas llegó puntual a mi bandeja del correo electrónico una suscripción, de las varias que me interesan, y que sigo con una asiduidad algo porosa. Llegó poco antes de salir, cuando ya tenía puesto el bañador. ¡Sólo Dios sabe que me obligué quitar la vista de la pantalla de la computadora! y mirar hacia la pared del pasillo, tomar mi pamela azul marino, el bolso con el protector solar, toalla, chanclas, llaves y largarme en mi bus 15 en dirección Santa Paula, hacia la playa de la Misericordia. Son las 16:08. Málaga es lo que tiene: en estos días de tardes hermosamente largas y refulgentes, después de tanto encierro, la ciudad y el cuerpo te reclaman su cuota de memoria: leer tumbada al sol como una morsa feliz y la piel te pide bañarse en la mar.

Adivinando el celeste del cielo, mecida entre corrientes frías y otras cálidas, recordando el artículo, me dije:

Tengo que leer el Amparo— ese pensamiento y mi voz me llegaron en forma de ruido húmedo. No tenemos ahora las sirenas de los cruceros abocinando su ¡hasta pronto!, pero al hacer pie en el fondo parduzco y voltearme cara al Mediterráneo, veo a mi izquierda un bulkcarrier con la proa hacia el puerto, quizá de 100 mil toneladas; un Ro-Ro proa al Estrecho; al frente, el pequeño catamarán rojo paseando a turistas locales, quizá a una milla náutica desde donde me sitúo, y veo también a otros dos veleros blancos con la Foque y la Mayor desplegadas, seis nudos de velocidad, otra milla y media entre ellos.

Vuelvo a flotar con los ojos cerrados. —Era ella, era una ponente… la Magistrada ¿?… la Magistrada ¿? …—. No sé cuánto tiempo pasa, quizá hasta me he adormilado. Tengo los dedos rugosos y salgo.

—¡Ministra Norma Lucía Piña Hernández!, la ponente del Amparo. Así se llama la Magistrada

Quedarme así tumbada hasta que el picor de la sal en la piel me lleve a la mar de nuevo, o de vuelta a casa por El Carril de la Chupa hasta la parada del Bus 15. Bajo el ala de mi pamela observo a una gaviota que se lanza a una aventura que desconozco y que para mí termina en un punto geométrico inaudito.

Vistos los Autos para sentencia en el amparo en revisión 635/2019 —No sabía que un ¡Mayday, Mayday! lanzado hace unos meses atrás por la ONG Techo México a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México llegaría a la bandeja de entrada de mi correo, trece meses después, y que el amparo de la Ministra Piña Hernández iba hacerme más redondo y feliz el día. Quizá me haría feliz un horizonte de años. Agoté los chapuzones. Por los altavoces de la playa nos recordaron que la cita que nos permitían a los bañistas concluía a las 21:00, por nuestra salud y seguridad. No veré a Orión, ni a la Osa Mayor y recordaré tu índice pincelando sus sagrados puntos celestes... Regreso a casa con el cielo cobrizo a las espaldas, con la toalla humedecida, el bolso con el protector solar, las llaves, la pamela azul y con Lezama Lima.

“… el hecho de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía hubiese sido omiso en emitir la información estadística que le solicitó, fundamentalmente, relacionada con los asentamientos humanos informales, el Estado incumple con su deber de garantizar el respeto a los derechos humanos a no ser discriminado y a una vivienda digna, al impedir, por la falta de esa información, el atender las múltiples violaciones que sufren grupos desprotegidos de personas que los habitan, en razón de que la medición del alcance de las políticas públicas estatales, respectivas, depende de la aludida información estadística”

 Así comenzaba la sentencia. Es la primera que se conoce en América Latina en ese sentido, de allí en parte su gran significación nacional e internacional. Miro el reloj, son las 23:18. Sigo leyendo.

El estudio de fondo de la demanda llevó a la Magistrada a hacer una comparativa de la Jurisprudencia y a la revisión exhaustiva de los convenios suscritos por la República en materia de los derechos humanos y de la propia Constitución mexicana, aduciendo que, al no estar censados los pobladores de los barrios pobres, no se podían confeccionar políticas públicas que combatieran la lucha contra la pobreza, y peor aún, que esta inacción del INEGI condenaba a la invisibilidad pública a una buena parte de los pobladores al conculcarle su derecho a la no discriminación por razón de su extracción de clase y lugar de residencia.

“Tratándose de grupos en situación de vulnerabilidad o históricamente excluidos, estas obligaciones se ven reforzadas, sobre todo si se trata de obligaciones mínimas como contar con censos para determinar a los beneficiarios de las políticas públicas realizadas por el Estado para combatir la pobreza, exclusión y garantizar el desarrollo nacional”

Del escrito se lee que ha sido una constante del INEGI el no haber dispuesto los medios e instrumentos para  el levantamiento de censos e información sobre el tema demográfico y social, calidad de vida, condiciones de las viviendas, pobreza y marginación en asentamientos irregulares; por el contrario, se han realizado siempre de manera adecuada en barrios regularizados o formales, y que, en los barrios de chabolas, sólo se realizaron bajo criterios discrecionales algunos censos y conteos y encuestas intercensales para indicar el grado de rezago social, de modo pues, que la información necesaria para introducir acciones correctoras de la pobreza desde las políticas públicas era imposible al Estado mexicano, así como garantizar a estos ciudadanos su incorporación progresiva a la ciudad, a su Derecho a la Ciudad .

Algo en mi corazón hizo ¡clic! —¡Vaya exposición de fondo! — leía el documento y recordaba a mis propios barrios en Maracaibo, a la indeclinable determinación de las mujeres que, mayoritariamente, en las comunidades no les queda más remedio que luchar y presionar para que les provean de los sistemas de saneamiento, alcantarillado, red de agua potable… Envejecen antes de tiempo. Son feroces y felices con sus conquistas. Llevan peinillazos y amenazas de desalojo como cuentas de un rosario. Los cabellos amarillean y los rostros te engañan porque siempre crees que son mayores de lo que realmente son. Tienen varios hijos, son fecundas, muchas casi desde el asomo a la pubertad. Van palmo a palmo luchando por un techo para sus hijos, un techo donde vivir y soñar que se puede vivir y si alguien piensa que no saben leer o dibujar un plano: se equivocan rotundamente. Esas personas, esas mujeres, te dibujan con un palito sobre la arena, o simplemente basta ¡un lápiz y un papel! y te comparten el palacio que quieren construir… y allí se van años de esfuerzos y privaciones, años en los que venden empanadas, Avon, guarapos, alimentos que ellas preparan, trabajan en “casas de familia”, no tienen tiempo para la autocompasión, y la urgencia les dibuja a diario su próxima partida en la cabeza, tienen la astucia del superviviente bregado en docenas de conflictos. Conocen muy bien a sus aliados y con los que tienen que tejer alianzas estratégicas para hundir la raíz de su casa y de su existencia misma en la tierra urbana. Saben lo que cuesta cada lata de zinc, lo que no se van a comprar para ahorrar y construir sus paredes, techos, te sacan las cuentas que ni con el “Arquímedesde CYPE”, ni con el “Presto”, ni con el MAMBA cuando lo abran al público, todos, programas de estimación de costos, porque las cuentas están en el corazón de su propia necesidad y en la necesidad de aquellos a los que cuidan. Saben lo que cuesta cada bloque, cada azulejo, una puerta, los perfiles metálicos (perling, les dicen popularmente en Costa Rica) y el arco de la vida que viven lo invierten en la casa y en la plaza pública durante años hasta que van consiguiendo que sus barrios se parezcan al mejor y más posible de sus sueños, o hasta que logran un modesto umbral de comodidad, umbral que lo es humanamente todo. Los y las que hemos estado cercanas apoyando estos procesos de producción y gestión social del hábitat lo sabemos. El tema de la regularización de la tenencia de la tierra es siempre más complicado, y veces se cobra con sangre. Otras veces, no, simplemente les rompen el espinazo y los barren hacia otra periferia y hacia la anomia, a otro destierro en su propia ciudad, en su propio país.

“Aquí es importante destacar que, conforme lo ha precisado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el contenido del artículo 26 de la Convención Americana de Derechos Humanos, se desprende que el Estado debe adoptar medidas generales de manera progresiva y medidas de carácter inmediato. La realización de medidas progresivas significa que los Estados partes tienen la obligación concreta y constante de avanzar lo más expedita y eficazmente posible hacia la plena efectividad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales lo que no debe interpretarse en el sentido de que durante su período de implementación, dichas obligaciones se proveen de contenido específico, lo cual tampoco implica que los Estados puedan aplazar indefinidamente la adopción de medidas para hacer efectivos los derechos en cuestión, máxime luego de casi cuarenta años de la entrada en vigor del Tratado interamericano. Asimismo, se impone, por tanto, la no regresividad frente a la realización de los derechos alcanzados”

El nácar de esta sentida victoria no oblitera el hecho de que el esfuerzo por hacer efectiva la tarea del mejoramiento de estas zonas de barrios sea titánica. No conozco las fórmulas mágicas que garanticen la victoria, pero las ocasiones que la facilitan o la impiden están en el tejado de los actores sociales, los técnicos, los aliados institucionales y la cooperación internacional, y para ello, siempre nos harán falta nueve partes de paciencia y al menos una de coraje y el temple necesario para perseverar a pesar de las circunstancias.

La palabra amanecida de la Magistrada Norma Lucía Piña Hernández incardina la Nueva Agenda Urbana en el corazón de las obligaciones del INEGI, como mecanismo inapelable para que, progresivamente, se realicen los censos en los asentamientos humanos irregulares en México, porque es el único organismo nacional que tiene la atribución exclusiva.

 

Concesión del amparo y efectos:

“Al haber resultado fundados los conceptos de violación, se concede el amparo para que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía realice los censos y acciones necesarias a fin de recabar información desagregada solicitada por la quejosa sobre dichos asentamientos humanos informales o irregulares en situación de pobreza que define la Organización de Naciones Unidas. Ello, acorde con los lineamientos que le permitan:

- La adecuación conceptual relacionada con la definición de asentamientos informales o irregulares antes precisada, a fin de que el Estado cuente con los elementos indispensables para implementar políticas públicas que eviten la discriminación de la población que habita tales asentamientos y acceda al derecho a una vivienda digna, de acuerdo con los estándares precisados en la presente resolución;

- La comparabilidad de esa información en el tiempo y en el espacio;

- La adecuación del procedimiento geográfico y estadístico respectivo a estándares internacionales, para facilitar su comparación atendiendo, fundamentalmente, a su periodicidad con relación a la de otros países”

A veces, las circunstancias y razones que constriñen la vida de los pueblos son tan duras e injustas que siempre queda rebelarse. Los cambios sociales siempre irán por delante del Derecho, y no dejarán de tocar o apedrear su puerta, pero desde esa esfera también se abren brechas luminosas por las cuales asirse para seguir luchando y esta última parte del amparo me trae a la memoria, desde el corazón, un fragmento que tan vivamente nos devuelve la mirada hacia la valentía y que conmovía a mi tía, Nelly Contreras Gutiérrez, cada vez que lo leía porque fue otra valiente letrada que caminó y apoyó vital, polítIca y profesionalmente a tantos y tantos barrios marabinos:

"Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana." José Martí

Son las 23:48. Dentro de un mes volverá la Lluvia de Perseidas. Para entonces, subiré de madrugada los peldaños de la escalera que me llevan hasta la azotea de mi edificio. Tengo otra fuente para mi lista de deseos 2021. Es hora de retomar nuevamente una bitácora, la bitácora de cooperación.



SCJN. Caso TECHO México vs. INEGI, Amparo en Revisión 635/2019, Proyecto de sentencia, Ponente: Ministra Norma Lucía Piña Hernández.





Comentarios

  1. Queridísima Carmen:

    En este tu día, y el de todas las Cármenes, caprichos del destino, aprovecho para felicitarte doble y públicamente: por tu día, que es el de la Patrona del Mar -esa mar a la que tan vinculada emocionalmente estás-, y por tan precioso, humano e interesante artículo.
    Siempre me maravilla leerte, amén de oirte, sea lo que sea de lo que escribas y converses, tanto por el interés que me despierta lo que tratas, como por cómo lo tratas, y si, además, lo tratado está trufado de contenido jurídico ..... toco el cielo, porque me enriquezco, porque aprendo.

    ¡Y qué decir de tu cariñosa dedicatoria! Pues que no tengo palabras para agradecerte tanto cariño y admiración. Embargada estoy por la emoción en este mi crucial momento vital actual, el cual tú bien conoces.

    Doy gracias a Dios que te hizo como eres y a la vida porque un día quiso que te cruzaras en mi camino.

    Infinitivamente agradecida.

    Eva María Mateo Benítez.


    Graci

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    Respuestas
    1. Querida Eva María: La verdad es que es muy especial tener personas a las que querer y admirar por su obrar y manera de ver el mundo. La reflexión modesta que hago alrededor de esta sentencia no hace sino acercarme con las personas que tienen ese elevado sentido de justicia y empatía, de solidaridad, como tú, con todas sus letras en mayúsculas. Gracias por ayudarnos a conseguir ese espacio de justicia para nuestras vidas. Besos.

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